martes, 3 de diciembre de 2013

Cuando sea grande

Es curioso que siempre sean preguntas, más que respuestas, lo que me trae de nuevo al teclado, pero no voy a analizarlo y voy a dejar el hecho simplemente ahí: es curioso. Punto.

Esta mañana uno de mis grandes amigos me dijo, mientras sostenía satisfecho un café humeante en la mano e intentaba que la mirada le alcanzara para abarcar la majestuosa vista que teníamos en frente "estoy viviendo donde siempre quise vivir cuando fuera grande" y después de eso asintió suave y lentamente, como para su yo más joven.

Además de compartir su enorme dicha y una sensación de plenitud que irradia, esa frase me hizo acordarme de mi yo más joven, y tratar de acordarme qué quería ser yo cuando fuera (sea) grande?

En mi visión nunca hubo un lugar específico, pero sí mucho verde, mucho deporte y cosas divertidas por hacer,  muchos animales y muchas risas de niños. Creo que a través de mis ya 37 años he ido adquiriendo las técnicas, destrezas y habilidades para empezar a darle forma concreta a ese "cuando sea grande" mío.

Tengo claras un par de cosas al respecto:

1. Todavía no he llegado, luego todavía no soy grande.
2. Voy por buen camino.

Pero la gran pregunta que me surgió a partir de ese café matutino y rodeado de niebla y aves endémicas fue un enorme ¿por qué?

¿Por qué quiero hacer eso?

Surgen atafagadas varias respuestas al respecto, que tendré que ir decantando con el paciencia para encontrar el motivo último, mí motivo último, para este sueño.

Una, la más obvia, es que siento que Dios, la vida y el universo me han una serie enorme, no por larga sino por magnífica, de maestros a a largo de la vida, y siento que si a uno le enseñan es para usarlo y transmitirlo: de nada sirve el conocimiento si no se usa (para un fin noble) y no se transmite. Es una responsabilidad que tengo, entendiendo responsabilidad como la capacidad de responder. Siento que tengo que responder compartiendo y diseminando lo que me han dado tan sabia y generosamente.

Obviamente surge al tiempo el tema de la naturaleza, el verde, los animales, el cielo azul, el viento y la lluvia. Tuve la fortuna de criarme bajo esos mantos y así quiero pasar la mayoría de mis días cuando sea grande, pero el motivo es puramente interior: solo en esos espacios siento que soy del tamaño del que debo ser: ínfimo e infinito al tiempo. La sensación de ser parte real de un ecosistema, y darme cuenta de que respiro gracias a los árboles, y bebo gracias a los paramos, y me alimento gracias a las plantas y animales que se van a alimentar de mi, me hace sentirme conectado con todo, parte de todo, y a la vez, me hace dejar de existir, porque no soy yo, soy una parte de ese enorme ser. Creo que debe ser parecido a lo que siente un glóbulo rojo cuando de vez en cuenta se da cuenta de que es parte de una ballena!

Tercera, y creo que con esta me empiezo a acercar finalmente ese elusivo motivo último, porque siento que si hago eso, si hago lo que realmente quiero hacer cuando sea grande voy a ser lo que siempre quise ser cuando sea grande.

Habría querido terminar este texto con un final perentorio:
"Comienzo así mi camino para cumplir este sueño y ser lo que quise ser cuando fuera grande". Punto. Pero me es imposible.

Y me es imposible porque me doy cuenta de que ese camino comenzó hace ya 37 años y que he recibido toda la guía que he querido y necesitado (si no más) para poderlo cumplir, así que seguiré caminando, agradeciendo cada día a la Dios, a la vida y al universo por las bendiciones que constantemente me dan, y seguiré materializando, cada vez más rápido, ese sueño.

Me despido con una pregunta: ¿se han dado cuenta de que uno de pequeño siempre soñó con lo que quería SER y nunca con lo que quería TENER?

miércoles, 26 de enero de 2011

Primeras Preguntas

Alguna vez leí que uno escribe porque le toca, porque no tiene más opciones. No es una elección sino una necesidad. Y eso hace que uno como "escribidor" no sea el autor de nada, sino el medio a través del cual ciertas palabras cobran vida para expresar algo que estaba dentro de uno. No es que uno exprese lo que piensa, sino que lo que uno piensa decide expresarse como sea.
En mi casao, hoy, son preguntas. Preguntas que por ahora no tienen respuesta pero que el sencillo hecho de hacermelas, de oirlas y tratar de entenderlas ha generado una mirada crítica e interesante hacia lo que soy, lo que quiero, lo que siento, lo que me apasiona, lo que sueño, lo que vivo y decido no vivir, en fin, hacia mi existencia.

Dos notas para mi (si acaso algún) lector.
1- Soy biólogo y director y no comunicador así que no me voy a preocupar por la rigurosidad de la puntuación o la impecabilidad de la redacción, sino por dejar que lo que tiene que salir salga y por lo tanto les pido que se concentren en la esencia y no en la forma.
2-  Acá no va a haber nunca ninguna verdad. Voy a escribir mi verdad y como dice alguien muy sabio "eso funciona para usted, pero yo soy otro". No pretendo que nadie me crea, ni convencer a nadie de nada, solo cumplir con una necesidad casi fisiológica de escribir.

A final del año pasado, en medio de un desbarajuste tremendo, me pusieron una tarea de esas increiblemente simple y de una profundidad abrumadora, y el tratar de, primero, entender y luego responder esa pregunta me lanzó en una espiral hacia dentro, hacia  nucleo. La preunta es ¿Quien soy?

Mi respuesta inicial, porque en el fondo creo que aún no tengo una respuesta satisfacoria, fué "una mezcla de todo lo que he recibido de la gente con la que he estado y de lo que yo era cuando nací".
Fácil.
¿qué más facil que decir "yo no soy yo, sino una mezcla de los demás"?
Lo que pasa es que es una respuesta facilista, por más de que tenga algo de verdad en un nivel muy superficial, es la obvia. La fácil. La de entregar rápido la previa para salir a jugar futbol con mis amigos en el parque de los Fundadores.
Quien soy es mucho más que eso, porque entender quién soy me metió a pensar en mis valores y principios, en qué sé y qué no sé. Me puso a pensar en donde me he equivocado y que he hecho bien y en qué quiero hacer, como y cuando. Todas esas preguntas estaban de entrada incluidas en la tarea, pero la que me jodió, la que me rayó la cabeza y me mandó en esta búsqueda de consciencia fue la primera.
y lo más fuerte de la pregunta es que es como un rotavirus (dejen hablar al biólogo), que cada vez que creo que la tengo dominada muta y se transforma en otra cosa totalmente distinta para la cual no tengo anicuerpos y me pone a pensar de nuevo. y por lo tanto genera nuevas respuestas permanentemente.

Hoy creo que quien soy tiene que ver con los dones con los que nací (que todavía no se cuales son, pero eso es otra historia) y con mi motivación más profunda para hacer las cosas que hago y he hecho en la vida, quien soy es otra pregunta: ¿para qué nací? La respuesta a esa pregunta hoy (seguro que va a cambiar) es "para ayudar".

Así las cosas quién soy hoy es un ayudante. Creo que ayudando aprendo, me hago consiente y genero consciencia y esas tres cosas me hacen cada vez mejor ayudante.

Solo ayer le dije a alguien que si le gusta escribir, lo que debería hacer es escribir, y que un blog es una excelente, y casi anónima, forma de hacerlo. Es la manera de satisfacer esa necesidad de escribir y le da a uno la oportunidad de descubrir su "voz", de entender qué es eso de lo que quiere escribir e irlo dejando salir de a pocos, como si uno fuera un tubo que hay que ir limpiando hasta que las cosas fluyas sin perturbaciones. No me dí cuenta de que no se lo decía a ella sino a mí hasta esta mañana y acá estoy escribiendo solo por el placer y la necesidad de escribir. Ayudando me ayudo, aprendo y genero consciencia.